Si viajaste en avión algunas veces, más que nada a otros países, sabrás que hay muchas restricciones en los aeropuertos. Es por eso que siempre antes hay que investigar un poco que es lo que está permitido y lo que no, para evitar problemas.
Si hay algo que a nadie nos gusta, es que nos quiten cosas en el aeropuerto o que un viaje se retrase por algún motivo que se puede evitar. No todos los viajeros suelen tener esto en cuenta, y una viajera llamada Zhao sufrió las consecuencias.
Esta señorita aparentemente no sabía que no iba a tener permitido pasar una botella de Coñac en su maleta de mano, o si lo sabía pero intento hacerlo. En la zona de controles la retuvieron diciéndole que no estaba permitido pasar esta botella y ella tuvo una idea un poco extraña e inusual.
En los aeropuertos hay una serie de recomendaciones que los pasajeros pueden seguir para que no les quiten nada de su equipaje:
- Lleva el artículo al mostrador de boletos y regístrelo en su equipaje o en una caja provista por el aeropuerto.
- Muchos aeropuertos disponen de un Servicio Postal u otro área de servicios de envío donde se pueden comprar cajas, sellos y sobres para poder enviar estos artículos a su domicilio.
- Si alguien te está observando, puedes entregarle el artículo prohibido.
- Si su automóvil está afuera del aeropuerto, puede llevar el artículo a su automóvil.
Pero esta señorita no siguió ninguna de las recomendaciones y decidió hacer algo muy poco común y que pocos imaginaron.
Zhao decidió tomarse toda la botella del Coñac que querían incautarle.
El coñac era un Rémy Martin XO Excellence con un valor de más de 300$ dólares, por eso Zhao no pensaba dejar que le quitaran un producto de tal valor.
La realidad es que lo intentó, pero lógicamente no pudo terminarla. El problema fue que ella no tenia la capacidad para soportar esa gran cantidad de alcohol y se emborrachó muy rápidamente. The Nanfang hizo un reporte mencionando que “la señorita tomó asiento y se bebió toda la botella de coñac”.
A los pocos minutos esa gran cantidad de alcohol le hizo efecto y empezó a actuar de manera salvaje y gritar en el aeropuerto. Esta actitud de la señorita provocó que la policía la detuviera y le negaran continuar con su viaje.
Las autoridades del aeropuerto no vieron más remedio que llamar a su familia, y esperar a que esté más relajada para dejarla marchar con ellos. Una experiencia muy inusual pero que nos enseña a mirar las reglas antes de emprender un viaje.